


Porque tomamos el riesgo de orientarnos hacia quienes luchan por tener su propia identidad, porque generamos políticas que rompen paradigmas, porque cada persona tiene su esencia que se complementa con las demás sin dejar de ser lo que cada uno “es”, porque cada uno aporta en la transformación del entorno y se transforma a sí mismo, porque creemos que las pequeñas revoluciones pueden cambiar el mundo.